No niego que tenía ganas de quedarme en este bonito pueblo del oriente de Ecuador. El ambiente era acogedor, la vista de sus calles, casas y edificios impresionantes y el trato de su gente más descomplicado que en las grandes ciudades. El viaje por tierra me dicen que es relativamente largo: nos tardamos 14 horas en llegar y regresamos en 12, así que alisten su marcador indeleble para darse una retocadita.
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