De plano que el salvadoreño peca de "San Cachimbón" todos los días del año. Al parecer a "La Azul" no le afectará ni el frío ni la altura. Vaya usted a saber, pero aquí les dejo mi opinión.
Ahí abajo son 2,800 m.s.n.m |
Según lo que publicó el periodista Victor Zelada, de Edh Deportes, a la Selecta "les están suministrando medicamentos para elevar la hidratación y los carbohidratos", para contrarrestar el "soroche", "chuchaqui seco" o mejor dicho en tierras ecuatorianas, el Mal de Altura.
Dentro de mi espectro de posibilidades del porqué creo que nuestra Selección Nacional solo irá a cosechar más anticuerpos para su ya deteriorada imagen a Ecuador, la altura ocupa tan solo el tercer lugar de cuatro puestos.
Los enumero primero y los explico después:
- 1. Por el potencial táctico-deportivo que tienen los ecuatorianos
- 2. La alicaída selección de El Salvador
- 3. Por la altura
- 4. El Clima
No ahondaré mucho en los primeros dos, porque ya se ha abordado hasta la saciedad sobre las dolencias del seleccionado nacional y por el lado de los ecuatorianos, es bien reconocida la trayectoria de muchos de sus integrantes.
Por la altura, es uno de los temas que ha estado circulando por todos lados. Son 2,800 metros sobre el nivel del mar. El equivalente de vivir unos 50 o 70 metros arriba de El Pitál, Chalatenango.
Por la altura, es uno de los temas que ha estado circulando por todos lados. Son 2,800 metros sobre el nivel del mar. El equivalente de vivir unos 50 o 70 metros arriba de El Pitál, Chalatenango.
Todo
se resumiría a tener que haber viajado con una semana de anticipación,
para por lo menos acostumbrarse a los malestares del mal de altura,
porque ni los alpinistas están exentos de padecerlos. Pero no es tan fácil
Soroche le llaman en la localidad y si se presenta, son, como lo dice Zelada, "entre 24 y 48 horas después de haber llegado a (esa) altura", lo que nadie dice en estas latitudes tropicales es que te puede doler la
cabeza y sentirte mareado un poquito, hasta tener alucinaciones,
fiebres, asfixia y devoluciones completas de contenido estomacal.
Osea, el mal de altura no es cuestión de tomarse aspirinas ni estar comiendo macarrones toda la semana.
Encontré
en internet varios sitios donde se explica este padecimiento desde
distintos matices: uno el deportivo olímpico, otro el montañismo, y
tercero el médico. Todos coinciden en que esa necesidad biológica de
hacer llegar el oxígeno necesario a tu cerebro, se traduce en un
padecimiento que le puede pegar hasta al tigre más rayado.
Sinó vean también esta nota de El Comercio, sobre la visita que realizó El Gremio, de Porto Alegre, Brasil, para un partido contra la Liga Deportiva. Eso fue lo que nuestro seleccionado debería haber hecho.
Virgen de Legarda o de Quito, sobre El Panecillo. |
El cuarto punto,
pero no así menos importante, es que la gloriosa ciudad de Quito, esa
que se encuentra a la mitad del mundo, o muy cerquita del meridiano cero, posee, por así decirlo: ¡Las
cuatro estaciones del año en un solo día!
Sí,
las cuatro: amanece nublado y con mucho frío. A eso de las 8:00 a.m.
comienza a despejar el cielo, para tener un radiante mediodía lleno de
calor (21º centígrados).
Luego, pasadas las 2 de la tarde, puede venir la primer encerrona de nubes, para que como a las 3 o 4 de la tarde (hora que jugará La Trí
contra la Selecta) caiga un aguacero vespertino.
Para cuando termine el
encuentro podría estar despejado nuevamente o comenzando a hacer friíto (14-12º centígrados).
Afortunadamente
solo nos podría caer un chaparrón frío, ya que el Atahualpa queda en el
norte de la ciudad y no caen las granizadas que suelen precipitarse al
sur, donde este fenómeno de la naturaleza ha causado incluso muertes en
algunas comunidades.
Tomarse
tan a la ligera un mascón que la crítica deportiva ecuatoriana está
catalogando como un simple entreno, nos costará además de bajar aún más
la moral, agarrar varios resfriados y sobre todo una terrible resaca seca por no haber podido aclimatarse a respirar a esa altura.
Con todo y que quisiera que el azúl y blanco de mi bandera ondée en la mitad del mundo gallardametne, no me resta más que ser realista y consciente de nuestra realidad futbolera actual.
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