miércoles, 24 de marzo de 2010

Romero de Las Américas en Quito

     Tambien en Quito se conmemoró modestamente el aniversario de muerte de Monseñor Oscar Arnulfo Romero.
      La misa fue oficiada por Monseñor Raúl Eduardo Vela, Arzobispo de Quito y Primado de Ecuador, quien tuvo la oportunidad de conocer a Romero durante la III Conferencia Episcopal de Puebla, México en 1979.
Monseñor Vela recordó como lo impresionó la "sencillez y entrega" con la que el salvadoreño se desenvolvía.
     En cuanto a su asesinato apeló por que no se repita lo de Monseñor Romero, aunque añadió que "Esa sangre derramada sirvió para conseguir la paz. Él ofreció su vida por el bien de El Salvador y por el bien de Latinoamérica".
     Tambien se refirió a que "el presidente de El Salvador y el pueblo mismo tienen una deuda por esclarecer ese hecho del asesinato de Monseñor Romero".
     La misa fue organizada por la Embajada de El Salvador en Quito, a travez de su representante, el Embajador José Avila y su señora esposa. "Yo creo que más se tardó el señor embajador en invitarme, que yo en aceptar", añadió Vela.

domingo, 14 de marzo de 2010

Los rudos de Guns n Roses y las Floricientas

Aquellos violentos y rudos días cuando los conciertos de rock (por no entra en discuciones estériles sobre géneros), eran concentraciones de "vagos", "melenudos" y "borrachos", ya son historia. Ahora el público de mega bandas como Guns n Roses, o lo que queda de ella, son hordas enfurecidas de.... ¿Floricientas?
Si!!!, ayer cuando compraba mi boleto de General Sur, porque el billete no da para más, me tuve que esperar 15 minutos para que un responsabilísimo papá, preguntase a la señorita del mostrador, sobre cuál era el mejor sitio par aque la mocosa se sentase con sus amiguitas a ver el concierto. Lo de mocosa no es por burla, sino más bien porque la susodicha tenía apenas 9 años, pero ella ya era una avesada conocedora de la banda de Axl Rose.
-"¿Pero cual es la diferencia entre Tribuna y General?"- preguntaba él
-"En que la nena va a tener su butaca numerada"- respondía la del mostrador
Sin mencionar además los $40 dólares extra entre una sección y otra
-"¿Pero a qué hora es mejor irla a dejar?"
-"Abriremos el ingreso a partir de las 5 de la tarde"- le explicaba la del mostrador
Mientras que la chicuela con un par de lentes DG interrumpía diciendo
-"Uhhh, no papá, osea, para entrar con un buen lugar, hay que estar muchisimo antes. En el de Iron Maiden..."
-"Iron qué?" increpaba el porgenitor
-"Maiden, los que.... osea. Espérate..." Lo decía mientras buscaba las rolas de la banda británica en su iPod Touch para ponerle el auricular directamente en el oido.
Con un gesto de repulsión el dignísimo señor respondía "Aleja, aleja eso. Entonces deme tres". Le decia a la morenita risueña del mostrador.
-"¿Pero le puedo pagar dos en efectivo y la otra con tarjeta de crédito?"
¡Por la gran...! Si solo las tiene que comprar y ya, se acabó.
Ya iban sobre los 10 minutos y todavía tenía que tomarle los datos de su cédula de identidad, mientras la cola comenzaba a serpentear. (Bueno solo habían tres detrás de mi, pero el espacio era reducido).
Por fin, cuando todo parecía haber terminado, "osea", finiquitado, la trenzuda pretendió tomar el recibo para alardearlo frente a sus compañeritos de kinder y ahí nuevamente la terapia de la chica del mostrador para explcarle que si lo extraviaba ya no habría reembolso alguno.
Por fin pude comprar la mía en cuestión de 3 minutos con todo el trámite de presentar el documento de identidad, pagar y entregar un cartoncito con tu nombre y datos. De colmo, me encontré a padre e hija en la entrada del establecimiento, pero no se decidían si salir o volver a entrar al almacen. Menos mal que no se le ocurrió preguntar que si había diferencia entre "estar parado o estar sentado".
Ahora lo que me resta es esperar a dos días antes del concierto para poder ir a reclamar el boleto oficial, ya que este es un preboleto, por cuestiones de seguridad. Ojalá la nenita de camisetita rosa, gafas DG, iPod y frenillos no vaya a estar por ahí cuando yo llegue. ¡Ojalá!